Algunas razones para practicar yoga en casa

A- Para evitar desplazamientos porque me queda muy lejos el centro de yoga o gimnasio
B- Para ahorrarme el dinero de las clases
C- Para poder tener mi propio horario
D- En el lugar donde vivo no se imparte yoga
E- Para poder establecer mi propia práctica, según lo que me pida mi cuerpo
F- Para reafirmar y complementar la práctica de yoga que realizo cuando voy a clases

Cualquiera que sea tu motivo, estoy convencida que a partir de hoy tu práctica será aún más consciente, más cómoda, mejor estructurada, más centrada. La consecuencia de todo este conocimiento aplicado a tu práctica regular, lo podrás percibir en tu día a día. Tu mente estará más clara, tu cuerpo más sano y estarás en el camino de reencontrarte con esa paz que ya hay en ti. Esa ha sido mi experiencia, así lo he vivido yo y también una gran parte de esta comunidad de Yogaesmas, que ha compartido conmigo sus vivencias.

Consejos para comenzar tu práctica de yoga en casa

Lo primero que quiero decirte a ti, que quieres comenzar, es que no hay una única manera “correcta” para practicar yoga en casa. No obstante, te daré una especie de guía, para que a partir de ahí y de tu propia experiencia, puedas conformar tu práctica.
Busca una esterilla de yoga o similar y siéntate en ella. Cada vez que lo hagas, estarás abriendo una nueva investigación en la comprensión de tu cuerpo, tu mente y tu espíritu. Ten en cuenta que cada día tu cuerpo es diferente, por lo que cada práctica es única.

Estos puntos que te comentaré a continuación te ayudarán a conformar tu práctica de yoga en casa con un sentido de la curiosidad, la alegría y la felicidad:

1. Establece tu intención

Lo primero es Establecer tu Intención de la práctica.
Dedica los primeros momentos en la esterilla para acomodar tu cuerpo. Cierra los ojos. Conéctate con tu conciencia interna y establece una intención. La intención puede ser para ti o puede ser para otra persona si lo deseas. Lo importante es que sientas en tu corazón la verdad o el deseo que quieras manifestar. Hazlo con alegría.
Pregúntate a ti mismo lo que necesitas de tu práctica de yoga en ese preciso instante y honra lo que tu cuerpo y tu mente están pidiendo. Ancla tu atención en la respiración para tener una mayor conciencia del momento presente.

2. Dedícate el tiempo necesario

A veces puedes pensar que “deberías” practicar durante una hora o más. Pero mi propuesta es que te des permiso para practicar unas cuantas posturas solamente. Si sientes que quieres seguir, entonces sigue. Realiza cada asana lentamente y con atención plena. Toma conciencia de las transiciones entre cada una y observa qué ocurre. Escucha tu cuerpo, que te dirá si puedes profundizar más en la postura, o si por el contrario, debes hacer menos. Y por supuesto, disfruta de tu práctica.
Una duda que suele surgir al comienzo es qué tiempo dedicarle a cada postura
Cuando comienzas la práctica de yoga, permanecer en cada postura te cuesta más que cuando mantienes una práctica regular. Te animo a que te observes, y veas cuál es el tiempo en que te sientes cómodo en la postura. De todas formas, como una guía general, puedes comenzar manteniéndola durante 30 segundos, siempre que te sientas que no estás haciéndole daño a tu cuerpo. Luego puedes poco a poco aumentar el tiempo, llegando a estar 2 minutos o más en cada postura.
Siempre ten en cuenta que para mantener el equilibrio en el cuerpo, debes estar el mismo tiempo mientras realizas la postura en ambos lados de tu cuerpo, en caso de que sea una postura como el árbol, el guerrero, etcétera.

3. Sé amable contigo mismo

Ten en cuenta que estás comenzando, y si observas que tienes una tendencia a ser crítico, deséchala. Tu cuerpo y tu mente te agradecen lo que estás haciendo por ellos. Practica la aceptación y la compasión hacia ti mismo.

4. Lleva un diario de tu práctica

Un consejo que te puede ser útil es anotar en un diario lo que haces cada día, pues así podrás ir dándote cuenta de tus avances, además de que podrás recurrir a él en otro momento que quieras realizar una práctica similar.

5. Mantente presente y observa

Esto es fundamental, que te mantengas presente y alerta, observando tu cuerpo y tu mente.
Conócete a ti mismo, acéptate y no te juzgues.
Puedes preguntarte:
¿Cómo está tu mente y tu cuerpo antes de comenzar la práctica? ¿Cuál es tu estado físico y tu estado de ánimo ahora?
¿Cómo te sientes al terminar?

6. Relájate


Siempre al terminar tu sesión, relájate. Puede ser en la postura de El cadáver. Quizá al principio te cueste un poco de trabajo poder relajar completamente todo tu cuerpo, pero con el paso del tiempo irás notando los beneficios, pues esta asana le permite a tu cuerpo sumergirse en todo lo que has hecho durante tu práctica, y te ayuda a rejuvenecer el cuerpo, la mente y el espíritu.

7. Medita

Frecuentemente recibo comentarios de algún miembro de la familia de Yogaesmas, comentándome sobre la meditación, sobre lo que le cuesta meditar e incluso, que se sienten frustrados al no poder lograrlo. ¿Te ha sucedido a ti algo similar?
Un gran consejo, que dan todos los maestros de yoga que me han servido de guía, es meditar, meditar, meditar. En mi opinión, incorporar el hábito de la meditación en nuestra vida no es sencillo, pues requiere motivación, disciplina y esfuerzo. Además, cuando comenzamos pueden surgir otros obstáculos en el camino como bloqueos mentales, molestias corporales, aburrimiento, tristeza, incluso puede que de pronto te preguntes qué haces meditando. Pero todo esto forma parte de la meditación, y gracias a ello es que podemos ir creciendo, y podemos ser cada vez más conscientes, fortaleciendo nuestro carácter y nuestra mente.

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